Qué me queda...

Llegó un día mucho más soleado que hoy hace cuatro o cinco estaciones, e irremediablemente se convirtió en esa mezcla entre verano e invierno,rozando los límites de la más absoluta locura.Llegó a ser ese verano aún desconocido consiguiendo perdurar hasta ahora.Doce meses enteros de sol,trescientos sesenta y tantos amaneceres descubriendo nuevas formas de querer(lo).Hasta ahora han cambiado tantas cosas que yo,y puede que esas extrañas ganas de que nunca llegue el otoño,hacen que recuerde más nítidamente esa forma inusual de quererlo,esa forma que ha tenido de enamorarme,de enamorarse.Y justo ahora no puedo evitar que me inunde el mayor de los miedos,el de poner los pies en la tierra,el de cambiar ese azul mítico por un verde aún más verde,de saber y no saber si saberlo,o si querer saberlo.Un verano y una primavera ,y tú sigues ahí,sonriendo de esa forma que te hace encontrarle sentido a todas esas teorías y problemas mundiales.Y yo sigo aquí,queriéndote, como siempre.

Porque amores que matan,nunca mueren.

Intento engañarme día a día fingiendo que para mí no significas nada,cuando los dos sabemos perfectamente que no es así.Vivo en una realidad irreal a la que estoy empezando a acostumbrarme,y tengo miedo.Mucho miedo.Cada latido ha adoptado una postura de dependencia al más mínimos gramo de tu olor,a cada mirada correspondida,a cada sonrisa fugaz y protectora,a la mayor parte de tu anatomía.Porque eres eso. Un amor de esos que te absorben,que te exprimen hasta tal punto que lo das absolutamente todo,que te roban,que te enamoran,que le enamoras.Porque ni tú misma sabes ni cómo ni cuándo comenzó todo,ni sabes si acabará alguna vez.Porque ni tu persona es capaz de darse cuenta que apareció zanjando el juego con una cruz,que te ganó,princesa.Y que tú no lo sabes,pero desde el primer segundo se enganchó a cada uno de tus rizos, se deslizó por tus mil y una curvas,cayó en la locura plena.Y tú,como una frágil ficha de dominó, continuaste,le seguiste,te rendiste.